Salimos desde Treviso, Italia el 24 de julio destino a la tan conocida ciudad de Paris, volamos por Ryanair, aerolínea de bajo costo europea, para llegar a Francia cerca de las 22 hs. Allí llegamos luego de un vuelo muy tranquilo y muy apretado, ya que son aviones chiquitos, en los cuales los asientos no están numerados, entonces cada cual se sienta en donde encuentra lugar. Al llegar al aeropuerto, nos tomamos un bus de 13 euros por persona que nos dejó en el centro de la ciudad, con maletas y todo, nos tomamos un taxi que por 30 euros en total nos dejó en la puerta del hostel, ya cerca de la 01 am. Teníamos que llegar antes de esa hora, pues cerraba el check in del hostel y no teníamos ganas de perder la reserva de esa noche y dormir en una silla. Así llegamos a tiempo, a tan solo media hora de que el hostel cerrará la recepción. Los vuelos baratos europeos tienen la contrapartida que si llegas de noche, es difícil que encuentres metro para combinar y están alejados de la ciudad, por lo que el vuelo es barato, pero el transporte hacia la ciudad es caro, por lo cual, aunque igual es conveniente, hay que contemplar varios aspectos, transporte, hora de llegada, horarios de metro, precios de taxi.
El taxista muy simpático nos hizo de guía turística, mientras quedamos deslumbrados por las grandes autopistas francesas. Así en el hostel tuvimos un cuarto para nosotros dos, ya que desde Grecia que dormíamos separados. La verdad el hostel D artagnan es muy prolijo, muy organizado y bastante limpito. Al otro día, amanecimos y fuimos a retirar los pasajes a Eurolines, para irnos a Londres, ya que en cuanto llegás a un destino hay que tener planificado también la salida. A media mañana, luego de un desayuno abundante para lo que estabamos acostumbrados, luego de pasar por el supermarket para hacernos de agua para el paseo, y ya con los pasajes hacia Londres en mano, estabamos en condiciones de comenzar a conocer Paris. Nos dirigimos en metro hacia el Hotel de Ville con una gran decoración, este hotel fue mandado construir en el 153
3, allí continuamos caminando y descubrimos el fabuloso Notre Dame, al cual llegamos cruzando el puente, allí luego de una breve cola, entramos y vimos los hermosos Vitro que tiene esta Iglesia, tiene una maqueta que permite apreciar la inmensidad y el trabajo de construcción que llevó este monumento. De camino pasamos también por la Iglesia St. Etienne, para llegar al Panteón de Napoleón, al cual vimos de afuera, un gran edificio de estilo griego, para tal figura que mucho daría para hablar. En Paris, caminando, caminando con un mapa en mano, es sencillo, irse topando con los diferentes monumentos que siempre sentimos hablar. Así continuamos el recorrido y llegamos a la conocida Sorbona, que no se como se lo imaginan ustedes pero es un edificio, con que tiene más o menos una manzana de tamaño, y el cual, tal vez nosotros nos imaginamos que sería más… más glamoroso pero era bastante grande y sobrio. Allí luego de una fotito, seguimos caminando, si, caminando se pierde noción de la hora, y como les comentabamos antes, en el recorrido, saltan cosas como museos abiertos en los cuales si bien no estaban planificados, se van agregando al itinerario, ya sea para conocer o para descansar las piernas un ratito…jeje!!! Luego llegamos al hermoso, pero la verdad es muy hermoso, nos referimos a los Jardines de Luxemburgo, las flores y sus colores, el pasto verde, las flores ya les dijimos pero se los repetimos. Es un lugar repleto de gente, tomando sol, en Uruguay sería un lugar hermoso como para ir a tomar mate el finde, la verdad es que es un placer para la vista. Obviamente sacamos nuestro sándwich de queso, hecho especialmente durante el desayuno en el hostel y bajo un arbolito, sentados en un banquito, almorzamos un delicioso bocado, que obviamente ayuda a aguantar el hambre que se va generando de tanto caminar. También y por supuesto fuimos al baño por la módica suma 0.6 euros, ya que salvo los baños de Mc Donalds el resto son casi todos pagos. Continuamos nuestro recorrido para llegar hacia la Capilla de la Medalla Milagrosa, si la original, en donde se apareció la Virgen Maria, la fachada del lugar es una casa, que de por sí no dice nada, pues es una casa! Pero al entrar en el fondo, en el lugar donde fue la aparición de la Virgen hay una linda capilla que desprende espiritualidad y fe por donde se la mire. Por supuesto que entramos, nos compramos medallitas, y todo lo que uno podía traerse, se podía pagar o se podía llevar, no es que fuera a voluntad, pero tenía precio y estaba en uno dejar el dinero o como todo vivo…o mejor dicho bobo, llevarselo. Demás esta decir que abonamos lo que correspondía. Y era el día de las Iglesias por lo cual fuimos y entramos también a la Iglesia de St. Suplice y St. Germain. Allí continuamos caminando y llegamos al Museo del Louvre al cual nos dirigimos con el fin de averiguar horarios y precios. Y resulta que ya eran las 18 hs, y a esa hora la entrada valía la mitad, por lo que luego de ver las pirámides de vidrio y lo bello de la gran estructura que es por fuera, así, impulsivamente decidimos entrar. Hicimos una breve cola, pasando por un control de seguridad, abonamos la entrada y seguimos los consejos de algunas personas que conocimos en el viaje que nos dijeron. Ya que es un museo grande, y para maximizar el tiempo, lleguen, pidan el mapa del museo, y marquen aquello que quieran ver, luego, diríjanse directamente e intentando no detenerse demasiado, vean todo aquello que estaba marcado y luego si les sobra tiempo, paseen. Y eso hicimos, excelente consejo, porque el tiempo rindió, no nos quedamos con ganas de ver nada de lo que queríamos ver, y hasta paseamos por lugares que al organizar el tiempo, nos dio para conocer. Entre las obras famosas que vimos y queremos contarles encontramos que ya de por si, los techos, las pinturas que adornan el lugar, y las puertas ya son todo un espectáculo, también ver a la Gioconda ( que nos quedó la duda si era la de verdad, pues dejaban sacarle con flash y no vimos un gran dispositivo de seguridad), también la Venus de Milo ( si bien estuvimos en la isla de Milo, Grecia (se acuerdan no?) no vimos la original), pues como se imaginan también la tienen los franceses. Ya que fuimos en el horario de bajo precio, que es de 18 a 22 hs, el Museo estaba tan vacío que por momentos estabamos solos en las distintas salas, por ejemplo, con la Venus de Milos estuvimos solitos un buen rato, y así con otros lugares. La verdad un placer recorrer un lugar, sin tantos turístas. También y más impresionante tal vez fue ver el cuadro de las Bodas de Caná de Veronés, un cuadrito que ocupa toda una pared, vimos también la Corona de Luis XV, llena de piedras preciosa, pero llena no, repleta. También le dimos un rápido vistazo a la parte egipcia, pues luego de haber visitado el Museo del Cairo, era totalmente complementaria esta visita ( o sea vimos aquellas cosas tomadas por los franceses…en calidad de hurto o préstamo?). Nos impresionó mucho y nos gustó ir a la parte de los fosos medievales, en donde se puede ver la parte de inferior de museo, con sus vigas, sus pasadizos y sus piedras que olían a antigüedad. Luego ya cerca de las 22 hs, volvimos al hostel en metro, sin antes dejar de caminar por el Sena, admirando la diversidad de la noche parisina.
Luego de la intensidad del día anterior, comenzamos con frío al otro día, si bien Paris arrancaba con frío en las mañanas, el día se iba poniendo caluroso, hasta que por la noche volvía a refrescar. Así comenzamos por la plaza de la Bastilla, viendo el monumento que se aprecia en el centro y luego de este breve pantallazo, caminamos por las pintorescas y estrechas callecitas para llegar a una plaza, la plaza de Vosges, una plaza simétrica y perfectamente cuidada en todos sus detalles, con wifi y todo, caminando, caminando pasamos por bellos jardines, por el museo de los archivos nacionales y por el centro Pompilou, un centro cultural de particular estilo y decoración. Puede verse como un mamarracho pintado de todos colores lleno de caño o una obra moderna de arte, Paris ofrece estilos y diversidad para todos los gustos. Seguimos un poquito más deleitandonos entre bellas vidrieras de ricas comidas y algo de shopping también, solo algo dado que los precios, y las ofertas no eran lo que abundaban. Pasamos también por Les Halles y caminamos hacia la tan ansiada Avenue des Champs Elysees, alli parecia un sueño estar caminando por esos jardines, fuimos desde el Arco del Carrousel hasta el obelisco egipcio, que se encuentra en el camino hacia el arco del Triunfo. Caminamos por tan importante calle, llegando al Arco del Triunfo, vimos toda la avenida adornada con banderitas francesas, supusimos que también las estructuras que todavía estaban, serían del 14 de julio. Al arco del triunfo subimos por una estrechita y caracoleada escalera la cual, para llegar al arco del triunfo anteriormente, hay que pasar por debajo de la calle, ya que no hay forma de cruzar, debido al tránsito sostenido. Lo bello de ver Paris desde el arco del Triunfo es que se tiene una visión global de Paris con la Torre Eiffel, cosa que desde la Torre si bien la vista también veríamos que sería muy bonita, se pierda ver la Torre por estar encima de ella. Luego seguimos nuestro camino sin antes ver el Arco desde de todas sus perspec
tivas, sin saber cual era la más bonita. Seguimos caminando y nos fuimos a una parte que esta frente a la Torre Eiffel y que por su posición permite tener una vista única de la Torre. Es la zona del Trocadero, es una plaza con una zona alta llamada Palais de Chaillot. Allí tomamos muchas fotos y antes que se nos hiciera de noche, nos fuimos a hacer la cola para subir a la Torre Eiffel. Dado que el ascensor por ascensor estaba bastante lento, optamos por subir por escalera…si por escalera hasta el primer y segundo nivel. Y subimos y subimos…y seguimos subiendo hasta llegar al nivel 2. Una vista hermosa, muy bella, muy alta, ya agotados, fuimos a hacer la cola para subir por ascensor hasta arriba de todo, si allá arribita (la única forma de subir era vía ascensor), hicimos una cola de unos 20 minutos que daba vuelta todo el estrecho lugar de la torre y mientras saca
bamos fotos y admirabamos el paisaje. Allí ya congelados por el frío y con el polar hasta arriba, dado que había mucho viento también, logramos subir a la parte más alta de la Torre Eiffel, viendo el atardecer, y de esa manera admiramos la tarde, el atardecer y la noche parisina desde tan increíble lugar…Arriba en la torre hay un cartelito que te dice a que distancia apuntando para el lugar en donde este el cartel estas de determinado ciudad o país, allí encontramos tanto Armenia como Uruguay. Bajamos y la Torre iluminada es un verdadero espectáculo, ya cerca de la medianoche y sabiendo que la torre a las horas en punto, se le prenden unas luces blancas que chispean como arbolito de navidad, volvimos a la zona de Trocadero, de donde hay una vista espectacular, y esta lleno de…todo. O sea hay vendedores por todos lados, barritas, turistas de todo tipo, comunes, otros todos glamorosos con ropa formal, niños, bueno mucha diversidad…se entiende. Allí las 12 en punto de la noche…empezó a chispear…pa sin palabras!
Al otro día bien tempranito…nos esperaba un lugar que de chiquitos todos alguna vez quisimos ir…si conocer el mundo de Disney, fuimos a Eurodisney. En tren nos tomamos y allí llegamos, ya teníamos todo, habíamos sacado la entrada en el Tourist Office el día anterior, y ya incluía el pasaje de tren de Ida y Vuelta. Allí más que las fotos y decirles que fue volver a la niñez nos subimos al 90 % de los juegos, y si fue soltarse y ser unos niños otra vez. Un mundo de fantasía y precios realmente caros, hicieron que los recuerditos y la comida del paseo fueran totalmente relativos, a modo de ejemplo, un agua de medio litro 4 euros, un pancho 6 euros, si 1 pancho y ni hablar del combo ni otras cosas. Los sándwiches de queso que nos trajimos del desayuno del hostel, estuvieron riquísimos. Demás esta decir que volvimos a la 1 de la mañana, cabeceando en el tren, cansados y contentos, derechito a dormir, pues nos quedaba nuestra próxima y última jornada en tierras francesas.
Comenzamos el 24 de julio dejando las valijas en los modernos lockers del hostel, así sobre el mediodía salimos a terminar con el recorrido parisino. Comenzamos por ir al Sacre Coeur, una conocida iglesia en la antigua zona roja de Paris, allí dada su ubicación se tiene una fabulosa vista de la ciudad, ya que se llega luego de subir unas calles empinadas y una gran escalinata también bien empinada. Allí admiramos la Iglesia que resultó ser más pintoresca por fuera que por dentro. Luego caminamos por el barrio y quedamos encantandos porque vimos pintores por calles empedradas, restaurantes sirviendo cafés, crepes, un lugar realmente con aire francés. Así pasamos también por la famosa esquina que dio origen al cuadro, o sea Moulin de la Gallete y seguimos nuestro camino. Por supuesto nos detuvimos y almorzamos una riquísima baguette y llegamos al conocido M
oulin Rouge, al cual entramos, vimos los precios, sacamos fotitos y salimos…
Llegamos luego de mucho caminar a la Madeleine, es una Iglesia muy bonita la cual tiene estilo griego de fachada, pero por dentro es una Iglesia tradicional, con una bella cúpula. La verdad una orginalidad que sorprende. Fuimos caminando también hasta la Ópera, allí enfrente entramos a las Galerías Lafayette, dimos un breve vistazo, nos perfumamos y seguimos nuestro camino rumbo a la zona del Louvre, en donde nos tomamos el metro, para luego ir hasta el hostel a retirar nuestro equipaje y caminar hasta la terminar de Eurolines en Porte de Bagnolet, donde cerca de la medianoche partimos hacia Londres en bus.
Paris, un lugar en donde lo clásico y moderno se funden para lograr una combinación digna de conocer.