sábado, 7 de julio de 2007

Grecia


Grecia un destino inolvidable...

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Kusadasi- Samos- Paros


El 7 de julio emprendimos el viaje por ferry hacia las Islas Griegas, abandonamos Kusadasi pasadas las 09:00 am, entrando en Europa de una manera absolutamente sencilla, pues sin ningún control y un simple sello en el pasaporte entramos en la Unión Europea. Viendo maravillosos colores del mar Mediterráneo, aguas cristalinas, azules, turquesas y verdes, todas juntitas, llegamos a Samos, isla griega que se encuentra enfrente a la costa de Kusadasi, para realizar el transbordo de ferry para alguna isla griega. En el camino hacia Samos empezamos a decidir las opciones por las cuales arrancar a continuar la travesía, sabiamos que esto dependía principalmente del horario de los ferries y de su frecuencia, pero teníamos claro que Santorini no podía faltar en el itinerario y también estaban dentro de las preferencias Ios o Milos. Llegamos cerca del mediodía a Samos, una isla preciosa, de la que poco pudimos conocer, nos gustó mucho llegar y ver en vez de la banderita roja de la vecina orilla, encontrar la bandera celeste griega, la verdad que nos dio un gusto y un respiro aliviador. Así todo el grupo (cerca de unas 80 personas) nos dirigimos a averiguar los horarios de los ferries, y para sorpresa de todos nosotros, ese día no salía ningún ferry para ninguna isla de las cuales nosotros y el resto del gv querían ir (cabe señalar que la agencia de viajes contratada nos avisó que todos los días habían frecuencia, para todas las islas…pero esto tampoco era así). Por lo cual teníamos dos opciones, dormir en Samos, y al otro día, temprano tomarnos el ferry hacia Mykonos y allí transbordar para ir a Santorini al día siguiente, lo cual significaba estar dos día trancados y demorando el viaje. Opción dos, emprender en ferry hasta la isla de Paros, llegar cerca de la 01:00 de la mañana, y a las 12:00 hs del mediodía siguiente, tomarnos el ferry hacia Santorini, que demoraría tres horas. El gv en general, se dividió en ese momento, según las preferencias de islas a conocer, 7 personas elegimos la opción a Santorini ese mismo día (opción 2), 8 irían hasta Paros y se quedarían allí, y el resto iría para Mykonos. Y así fue, a las 16:00 hs y luego de recorrer un poquito de Samos, una isla muy pintoresca, nos tomamos el ferry para Paros. El barco se movió bastante, y el viaje durante la noche, lo hicimos escuchando buena música uruguaya, fue un buen viaje a pesar de la cantidad de horas, bastante rápido. Llegamos a Paros a la 01:00 am, con mucho sueño y bastante cansancio. Esperaban a la salida del puerto, varias personas con cartelitos, ofreciendo alojamiento. Allí, luego de unos minutos, encontramos una opción que era ir a un camping, nos ofrecían por 8 euros la noche ( buen precio!) un lugar para dormir, no una carpa, sino algo así como un bunker (mejor ver la foto), con una ventanita chiquita, dos camas, baño compartido, a unos metros de la playa, incluía el transfer hacia el camping y luego al mediodía hacia el puerto nuevamente. Entre que nos decidimos y luego nos llevaron al camping ( mediante rotura de la camioneta que nos iba a transportar y una espera) cerca de las 03:00 am estabamos durmiendo. Al otro día tempranito, a eso de las 07:30 am, nos fuimos a la playa, que quedaba en la parte de adelante del camping. Allí encontramos un lugar en donde la tranquilidad reinaba, había patitos en el agua, ésta era cristalina, con diferentes tonalidad de azul, turquesa, muy bonito paisaje. Vale decir que nos bañamos en éstas aguas mediterráneas llenas de piedras y que eran más frías de lo que el paisaje y nuestra imaginación esperaba, pero lo mejor de todo era que nuestro sueño de ir a Grecia se había cumplido. Así se nos hicieron las 11:00 am del 8 de julio, y nos llevaron a los 7 que teníamos pasaje para Santorini al puerto.





Santorini



Allí saliendo de Paros y con valijas bien pesaditas, logramos subir al ferry, en donde, como teníamos los asientos más económicos y el ferry iba repleto, nos tocó afuera, por lo cual, como había vientito, estaba agradable, aunque ibamos apretados. Luego de un un buen rato, nos fuimos adentro a tomar algo, y creemos que lo hicimos en la clase business, pero nadie nos dijo nada así que un poco más cómodos, llegamos a Santorini. Al bajar la primera vista fue de una gran montaña de piedra, y un mundo de gente con cartelitos ofreciendo alojamiento. Sabíamos de algunos lugares que las guía viajeras recomiendan alojarse, y allí empezamos a negociar entre un par de ofertantes los alojamientos. Buscábamos 3 habitaciones, 2 para parejas y otra para 3 muchachas. Allí estuvimos indecisos entre alojamiento en Perissa beach a 10 euros por persona o por el mismo precio, en Fira la capital de la isla. Cuando la decisión fue ir a Perissa beach, el ofertante se hechó para atrás y nos subió el precio a 15 € por lo cual la opción de alojarnos en Fira, fue la que tomamos. Nos llevaron en una camioneta hacia Fira por un camino con muchas curvas, alto y angosto, en donde los autos deben de tocar bocina cada vez que van por una curva pues es la forma de tener certeza si viene algo del otro lado. Allí llegamos a Villa Maria, un hotel que queda en la última parte de Fira, pero muy prolijo, limpito y luego comprenderíamos que tiene una excelente ubicación. Allí dejamos nuestras cosas, y luego de un buen baño, nos dispusimos dada la hora, a quedarnos en esta ciudad para conocerla. Allí comenzamos a caminar, un poco desconocidos del lugar, pero de a poco, maravillandonos al ver lo bello de sus callecitas, lo característico del lugar, las callejuelas empedradas, el color blanco y celeste que inunda las fachadas de las casas, la comida mmm que cosas ricas. Nos sorprendió encontrar que los precios no eran tan caros como pensábamos, o sea, no era barato pero se encontraban precios razonables que cabían perfectamente en nuestro viático. El lugar estaba lleno de artesanías locales, y muy buenos souvenirs, con distintos precios. Pero como en todos lados, nunca hay que quedarse con la primera oferta. Luego caminamos un poquito más por esas hermosas callecitas y fuimos a dar a una vista espectacular!!! El atardecer, y toda la vista de la isla, de punta a punta, el volcano en el centro ( o sea la parte visible del centro del volcán), una vista deslumbrante. Cuando nos dispusimos a volver, encontramos un lugarcito en donde realizaban una excursión por la isla a un precio para estudiantes que era de 15 € mientras que el mismo paseo en todos los lugares donde habíamos averiguado estaba entre 25 y 35 €. Por supuesto que lo contratamos y dejamos todo pronto, pues la mañana siguiente realizaríamos la excursión de prácticamente todo el día. Santorini, llamada por los Venecianos, Santa Irene, que significa Santa Paz, o la isla de Thera en donde nos estábamos quedando según los griegos es uno de los lugares mas lindos del mundo. El 9 de julio, a las 10:30 hs debíamos estar en el Old Port, donde se podía descender a pie o en teleférico, pero cuando empezamos a descender, nos dimos cuenta que a pesar de llevar el calzado indicado, el suelo era muy resbaladizo, y la bajada muy empinada, y nos apremiaba el tiempo y luego de la primer caída en el descenso, no dudamos en optar por el descenso en teleférico. Allí bajamos en menos de dos minutos, con una vista espectacular y llegamos sanos y salvos y a tiempo para tomar el barco. El recorrido fue el siguiente, desde Fira hacia el volcano (escalarlo e ir al centro de la caldera), luego a hot springs (aguas termales del volcán), la isla de Thirassia (para almorzar y hacer playa) y luego a Oia (IA, para ver el atardecer y recorrer la cuidad). La subida para llegar al centro del volcán, a la caldera, fue espectacular, un poco cansadora, pero totalmente aventurera, escalar la caldera del volcán, ver las piedras volcánicas ( negras, rojas, pomes, etc). Este volcán se encuentra activo, la última erupción ocurrió cerca de 1950 y se estima que la próxima se produciría de 50 a 80 posteriores a 1950 ( estamo ahí!!), por lo cual se cree que Santorini será una isla turística por poco tiempo, después no se sabe, tampoco han sido erupciones muy grandes las últimas. Los caminos resultaron bastante angostos por momentos, pero con vistas espectaculares de toda la isla que resulta ser también parte del volcán. O sea estabamos en el centro del volcán y las ciudades de la isla están en lo que sería las laderas de un volcán. También nos contaron que cerca de Santorini se encuentran otros volcanes sumergidos, que están acumulando gases y que derivarían en próximas erupciones. Nos señalaron que intentemos disfrutar de Santorini pues es un lugar hermoso, con poco expectativa de vida, pues luego de una próxima erupción, no se sabe en que estado puede quedar, la última gran pero gran erupción fue hace casi 3000 años. Nos sorprendió mucho, el hecho de encontrar pequeñas grietas, de las cuales salía un gas, con olor a azufre muy fuerte y bien calentito. Así ascendimos cerca de 40 minutos, llegando a la zona más alta y central de la caldera, de donde se puede ver la vista de todo lo que fue el gran volcán, donde todas las ciudades de las islas del contorno, están en la cima de las laderas de lo que fue esa gran montaña. Fue una linda experiencia en un volcán activo. Continuamos entonces con la travesía, regresamos al barco, y proseguimos hacia hot springs. Al llegar allí, nos dirigimos entre las piedras volcánicas (grandes piedras volcánicas) para poder tirarnos en las aguas volcánicas, aguas de color amarronado, con mucho aroma a azufre, y termales según la zona por la que nos ibamos moviendo en el agua. No nos permitieron bajar con cámara por lo cual no sacamos fotos, pero fue una experiencia muy gratificante y exótica, estar disfrutando de aguas calentitas, fruto del calor que el interior del volcán desprende. Así y tras una breve pero suficiente sambullida, volvimos al barco y continuamos con la excursión. Navegamos un poquito más y llegamos a la isla de Thirissia, para disfrutar de la playa y almorzar algo rico también. Allí nos dieron 2 horas para disfrutar de la isla. En eso almorzamos en un restorán a orillas del mar Mediterráneo, viendo las aguas transparentes, con algún pescadito y también varios erizos. Almorzamos pescado (nunca entendimos cual) en brochette con papas fritas y un agua mineral sin gas (por supuesto!), claro que fue un plato para los dos. Luego de esto fuimos tras el postre, el infaltable heladito y luego nos dimos un bañito entre las aguas cristalinas. Retornamos cerca de las 16:00 hs al barco camino a Oia. Oia o IA es la ciudad que se encuentra al norte de la isla, allí cuando llegamos y gracias a la mala voluntad de los marineros, bajó tan solo la mitad del grupo, pues el resto quedamos en el barco, porque nos subieron la compuerta cuando estábamos bajando, a dos pasos de estar en cubierta, por lo cual volvimos a Fira sin lograr conocer Oia. Pero como nada es casualidad, en el camino a Fira, que lo realizamos por la costa, tuvimos una vista panorámica que luego nos serviría para conocer lugares que nunca hubiéramos visto. Dentro de los lugares preciosos que encontramos pudimos ver una Iglesia o Capilla con su monasterio incrustado en una montaña, cerca de Fira, una de las imágenes que se veía en todas las fotos características de Santorini Llegamos a Fira y ya no estábamos dispuestos a pagar el cable carril o teleférico para subir, por lo cual, muy confiados, lo hicimos caminando. La subida también se podía hacer a caballo, en mula o en burro. Mucha gente subía en estos animales, y cuando íbamos por las escaleras subiendo y subiendo, de repente venía una manada de estos animales algunos a todo trote y conociendo el camino por lo cual más vale correrse porque sino te pasaban por encima. A pesar de no haber conocido Oia ese día, salimos a recorrer otros lugares, cercanos al hotel donde nos estábamos quedando. Luego de la gran subida que nos mandamos, comenzamos a caminar. Allí nos topamos con el monasterio griego y con su Iglesia Católica, entramos a esta y se encontraba finalizando una misa, por lo cual a la salida nos invitaron a conocer el monasterio dominicano. Entonces nos dieron una breve recorrida, conversamos con un cura español que estaba de visita en la isla, y continuamos caminando hacia el hotel por las bellas y características calles de Thera. Ya cerca de la hora en que se pone el sol, entre las 20:30 hs y 21:00 hs, nos fuimos a caminar para ver el atardecer. A 800 mts de Fira se encuentra Firostafani, y caminando por un camino estrecho, sobre la ladera que bordea el mar Mediterráneo caminamos hasta este pequeño lugar, lleno de hoteles y paisajes soñados para ver el atardecer. Pero dado que la caminata estuvo muy alentadores fuimos hasta Imerovigli, a 1.4 km de Fira. Para cuando llegamos a este otro lugar el sol ya se estaba poniendo y nos sacamos unas lindas fotos, vimos su Iglesia y por la ruta que estaba paralela al caminito de la ladera, emprendimos el regreso hacia el hotel. Enfrente a nuestro hospedaje, teníamos un supermarket y un bar donde vendían un rico kebap de pollo con papas fritas por 1.8 € así que cenamos super rico. Al otro día, arrancamos a media mañana y alquilamos por 24 hs, un cuatriciclo a 20 €, dada la gran cantidad de pendientes y curvas, era la mejor opción (más que una moto y un auto). Comenzó el trayecto, con mapa en mano, para la Red Beach, una playa de arena roja, con una gran ladera de piedras rojas de fondo a la cual para acceder hay que hacerlo caminando. El agua era transparente y muy fría, pero igual nos metimos un ratito. También estaba llena de piedras, y para caminar por la orilla, había que hacerlo con las havainas, porque nos pinchabamos todos los pies. Para entrar al agua, también era necesario entrar calzados, pues era más seguro. Luego fuimos a almorzar una cheeseburger a la orilla del mar y emprendimos solitos la travesía. Así recorriendo el camino, fuimos hasta Perissa beach, una playa de moda y recomendada de la isla, en donde el ambiente fashion y extravagante primaba por las callecitas. Perissa beach se caracteriza por ser una playa de arena negra, si arena negra. Era una linda playa, que tenía una gran ladera en un costado, el agua cristalina, fría, pero muy bonita. Allí estuvimos poco más de dos horas y luego emprendimos la vuelta hacia Fira. Allí nos cambiamos de ropa, porque en Grecia es importante estar prolijamente y más aún, las personas andan vestidas en pleno día como si fuera de fiesta, con brillo y lentejuelas. Así luego de 12 km llegamos a Ia también conocida como Oia, que nos había quedado pendiente del paseo del día anterior, en el cual nos habían levantado la compuerta del barco y no pudimos descender. Luego de un camino entre los precipicios, muy empinados, llegamos a esta bella ciudad en el norte de la Isla. Una parte de la isla de mucho glamour, con calles muy parecidas a la de las fotos y con un aire muy inspirador, nos hacía sentir que estábamos en Santorini. Así recorrimos sus callejuelas, su Iglesia la cual también conocimos por dentro, y vimos que estaba decorada con muchos arreglos, tantos, que no sabíamos para donde mirar. Luego caminamos un poquito más y llegamos a un punto lo suficientemente alto como para tomar fotos y ver la puesta de sol. La mejor puesta de sol que hemos visto, en muchos años y miren que en el viaje hemos visto las mejores puestas de sol de toda nuestra vida. Volvimos por los caminos de precipicios cerca de las 22 hs hacia Fira, gracias a Dios sanos y salvos, pero fue un camino complicado dado el tráfico y que la vuelta la hacíamos en cuatriciclo. Como lo prometido es deuda, nos fuimos a cenar románticamente a la ciudad, pero llegamos muy tarde para la que se entiende como cena, pues después de las 23:30 hs cierran todos los restoranes y abren todos los boliches, por lo que fuimos y nos comimos una rica pizza y un calzone. Al otro día bien temprano, renovamos el alquiler del cuatriciclo hasta la tardecita, luego de una buena negociación (regateo en Grecia) a solo 10 € las horitas que nos quedaban. Nos fuimos a Kamari beach, una playa, la más linda que vimos de Santorini, la cual se encontraba del otro lado de la ladera de la playa de Perissa beach. Una playa muy tranquila, con menos piedras que las que hemos conocido, también de arena negra, con una linda rambla llena de restoranes, y varias tiendas a muy buenos precios. Volvimos hacia Fira, y nos dispusimos a ver el atardecer desde Firostefani, pero llegamos tarde, apenas unos minutos, así que sacamos algunas fotitos y fuimos a devolver el cuatriciclo. Luego de un ratito, nos fuimos a cenar, sobre la costa del Mediterráneo en un lindo y coqueto restorán, por fin la cena romántica en pareja y solitos, la primera y tal vez la última de todo el viaje. Allí comimos riquísimo, un plato de tallarines y un grilled chicken con papas. Caminamos por la zona de los boliches, que nunca habíamos visto, pensamos que no había vida nocturna, pero descubrimos que si la había, y muy extravagante. Obviamente dimos un paseo y nos fuimos a dormir, ya que estaba muy ventoso. El último día en Santorini fue el 12 de julio de 2007, luego de dejar la habitación a las 11:00 hs, emprendimos una caminata hacia Firostefani, y luego seguimos hacia Imerovigli, un lugar muy pintoresco. Toda la caminata fue en subida, y llegamos a la zona donde se asciende al monasterio que habíamos visto, gracias a que no pudimos descender del barco aquella tarde en Oia. Previo a eso, subimos al campanario de una de las Iglesias, donde tuvimos una vista panorámica de la costa. Para llegar al monasterio que estaba incrustado en la ladera de una de las colinas sobre la costa, que apenas, se conectaba con la isla por un estrecho y peligroso camino, se necesitaba ascender y descender por la colina con mucha paciencia y precaución. Pensamos que sería mas sencillo, y esto se lo contamos ahora que fuimos y volvimos, pero el camino fue arduamente complicado y vertiginoso. Nos llevó una hora y media llegar hasta allí, primero descendiendo por la colina, luego cruzando el pequeño estrecho camino que une la colina con la isla y luego el ascenso y descenso por el borde de la colina para llegar a la Iglesia, característica de Santorini. Si nos preguntamos si valió la pena…si lo valió y mucho, pero son esas cosas que solo haces una vez en la vida. Desde allí sacamos las fotos más parecidas a las postales, conocidas de la isla. Luego del regreso, lento pero seguro, y la larga caminata hasta Fira, fuimos a almorzar unos ricos kebap de pollo. Retornamos a buscar las valijas al hotel a eso de las 19:00 hs para ir al puerto y a las 22:15 hs nos tomamos el ferry rumbo a la isla de Milos. Nuestra despedida de Santorini, fue con la emoción de querer volver, un lugar del cual uno se puede enamorar.






Milos




Llegamos a la isla de Milos, a eso de 02:30 de la madrugada, con mucho sueño y esperando que hubiera mucha gente ofreciendo alojamiento como en Santorini. Pero para sorpresa solo había dos personas con precios muy muy elevados, no tenían alojamiento para todos, por lo que nos dimos cuenta que la gente se iba, porque ya tenía reserva y nosotros junto con 2 parejas de españoles nos quedamos en el puerto. Así sacamos nuestras almohaditas y frazaditas, recuerdo de nuestro último viaje de avión, y no muy cómodamente dormimos en el puerto, en una estación de llegada. Habíamos averiguado que el ferry próximo llegaba a las 11:00 am y que el Tourist Office abría a las 09.00 am por lo que supusimos que a esa hora, se llenarían de ofertantes de alojamiento, que se ve que no habían estado dispuestos a madrugar. Así nos despertamos cerca de las 07:00 am, un poco contracturados y mal dormidos, y desayunamos algunas galletitas. Así se hizo la hora, y el tourist office no tenía ni idea de donde nos podíamos alojar, fuimos a otros lugares a averiguar y estaba toda la isla a capacidad completa, entonces decidimos como única opción esperar a que llegara el próximo ferry para que aparecieran los ofertantes de alojamiento. Cerca de la hora de llegada del ferry, nos ofrecieron un camping, relativamente caro para ser un camping, y una señora mayor, se nos sentó al lado. Allí y luego de un rato de que el ferry no llegara, pues parecía que estaba retrasado, se nos dio por preguntarle si no conocía a alguien que rentara habitaciones. Y dado que ella no entendía mucho inglés y nosotros no hablamos griego, nos costó comunicarnos, pero mediante dibujitos en un papel, pudimos comprender que ella alquilaba habitaciones, a un precio que era el doble del que pagamos en Santorini, pero más barato que las pocas ofertas que habíamos tenido. Entonces del grupito de 4, dos fuimos a ver que tal era el lugar, y el resto se quedó esperando que llegara el ferry y los ofertantes de rooms. Así en el medio, mientras estaban viendo las habitaciones de la señora Ana, nos enteramos los que quedamos en el puerto que el ferry debido a que estaba Windy (ventoso) no vendría, y que el próximo era el de las 21:00 hs por lo cual cruzabamos los dedos por que el alojamiento de la señora Ana fuera una buena opción. Y por suerte, era una opción, dado el entorno, óptima, dos habitaciones con baño compartido (solo entre nosotros), limpio y cerca del centro, sin tv ni aire acondicionado, pero con una heladerita. Si bien el precio no valía ese tipo de alojamiento, las condiciones del entorno justificaban la decisión de alojarnos allí por dos noches. Así llegamos a las habitaciones, descansamos un ratito, fuimos hasta el supermarket y luego a una pequeña playa que estaba a 5 minutos caminando del lugar. Una playita tranquila, con agua transparente y fría. Luego de tomar una ducha, nos fuimos a conocer la ciudad de Adamas, donde nos estabamos quedando. Fuimos a un museo que había sido una Iglesia, allí vimos muchas fotos e implementos utilizados hace varios siglos atrás, en Milos. A continuación fuimos a una exhibición de fotos de las catacumbas encontradas también en esta isla, las cuales impresionaban bastante. Después fuimos a caminar por la rambla, un lugar precioso, con agua transparente al costadito de los yates, y cenamos cerquita del agua, Zelmar cenó pastichio (algo así como fideo con carnecita) y Virginia sis kebap con papitas fritas. Con el estomágo lleno y el corazón contento, nos fuimos a dormir. Al otro día arrancamos tempranito, para tomarnos el bus hacia Provatas, una de las playas recomendadas para visitar de arenas amarillas. Y tal cual se veía en las fotos, una playa con mucha arena, un gran paisaje, aguas muy transparentes, en las cuales tomamos lo que sería nuestro último baño en el Mediterráneo del viaje. Así volvimos hacia Fira, para descansar un ratito, y en la tarde nos dirigimos hacia Papafragas, un lugar muy bonito, pero es característico de este lugar, que todo el día esté windy (ventoso) y no se puede hacer el tour por la isla porque está windy, fuimos a Papafragas un lugar hermoso, en el cual, se podría bañar, pero estaba windy, así que sacamos fotos, tanto nosotros como todos los turístas que ibamos llegando con el protector de sol y la toalla en la mano. Papafragas es una acantilado natural, en el cual se puede ver una playa en el fondo, que suele tener aguas apacibles y verdes. Cuando fuimos las aguas estaban revueltas y agitadas por lo cual, ni intentamos bajar, sino que fuimos caminando. Así y viendo que el próximo bus demoraría cerca de dos horas, revisamos el mapa y según nuestros cálculos manuales, estábamos a 1.5 km de Pollonia, una ciudad al norte de la isla. Y con la cantimplora en mano, una buena subida por delante, nos dispusimos a caminar por la carretera. Nuestros cálculos estuvieron bastante cercanos, pero para entrar al pueblito debimos caminar un poco más. Llegamos sobre las 17:30 hs a la pueblito, re tranquilo, muy tranquilo, super tranquilo, con un par de coquetos restoranes, un super y dos iglesias, una en cada extremo, que se podían ver a simple vista. El bus de regreso salía a las 19:45 hs por lo que nos dispusimos a caminar por la costa, recorrer ambas Iglesias, en una de ellas estaba comenzando una misa ortodoxa griega, y la otra se encontraba cerrada. Así recorrimos y cuando nos quisimos acordar se nos hizo la hora y nos tomamos el bus. Llegamos a Adamas cerca de las 20:00 hs y dado que teníamos que acondicionar el equipaje pues al otro día partíamos rumbo a Atenas, y debíamos descansar pues nos esperaba un buen viaje en ferry. Por eso dejamos todo pronto y nos fuimos a dormir a medianoche. Al otro día, dejamos la habitación en la mañana, almorzamos cerca del puerto, y dimos el último paseo, despidiéndonos de las islas griegas hasta que Dios quiera regalarnos la posibilidad de vivir nuevamente bellos momentos como los de este gran viaje.




Atenas






Salimos de Milos a las 16:30 hs en Ferry, con destino hacia Atenas, el 15 de julio. El ferry demoro cerca de 8 hs para llegar al puerto de Pireaus realizando varias paradas por las islas. Durante el viaje estuvo bastante movido, tanto que Zelmar se llegó a marear, ya que el horizonte, no estaba fijo mientras el barco navegaba. Así y luego de varias horas, arribamos con el desafío de llegar al hostel, dado el horario, perdimos el último metro que nos acercaría al hostel. Motivo por el cual llamamos al hostel para avisar que iríamos en taxi en un ratito. Allí nos indicaron que nuestra reserva estaba cancelada, y que salvo que tuviéramos el mail que demostrara lo contrario, habíamos perdido la reserva. Luego de regatear un taxi, ya que nos querían cobrar más de 3 veces el precio tarifado, lo negociamos a 6 euros más del precio normal, pero al fin y al cabo llegamos. En el hostel, se solucionó el inconveniente, pues la reserva estaba correcta y nos dieron una habitación para 4 personas (solo para nosotros) y con baño en la habitación. Si bien habíamos pensado en quedarnos solo una noche, decidimos pagar dos, para luego de los paseos poder volver a prepararnos para irnos al aeropuerto. Esa misma noche nos anotamos para la excursión que ofrecía el hostel, una excursión de 5 horas, por todos los lugares más importantes de la ciudad. Nos levantamos temprano, fuimos al super, y la primera impresión de la ciudad, fue sentir el olor a mugre en la calle, un aroma fuerte a basura, y unas calles también. Según se nos informó deberíamos estar prontos a 09:00 hs, pero esperamos un rato hasta que un muchacho apareció a las 09:45 para llevarnos a PIE a recorrer la cuidad. Si el recorrido era a un poquito caminando y otro poquitito a pie por la parte vieja de la ciudad; es que era el tour mas baráto y se hacía en 5 horas. Bueno, allá arrancamos a caminar los 4 mas el muchacho (Neozelandés) unas cuadras, nos hizo tomarnos un metro desde la estación de Metaxourgio hasta la cuarta parada en la estación de Acrópolis. Desde allí se juntaron mas personas para hacer el recorrido, en total éramos 10 mas el guía que hablaba un inglés cerrado que casi no se le comprendía. Comenzamos el recorrido viendo el templo de Dionisos, mejor dicho lo que quedó de él, continuamos hacia el Ágora Romana, en donde se encuentra la Torre de los Vientos construido en el siglo 2 a.c. lugar donde los antiguos creían que descansaba el espíritu de Sócrates. También vimos las ruinas de los baños romanos, con las piedras de las retinas, de forma muy similar al actual. Allí se encuentran las ruinas de los mercados utilizados por los griegos, romanos y otomanos. La puerta de entrada dedicada a Athena Archegetis (llamada la fundadora de la ciudad) era la entrada al antigua Agora. También se podía observar una construcción otomana que data del año 1458, la cual primero fue mezquita, Iglesia Católica, escuela, prisión militar, panadería militar, y actualmente es un depósito arqueológico. Prosiguiendo con la camina, nos dirigimos hacia la vieja Ágora, en donde se encuentran la Iglesia de los Santos Apóstoles, que aunque tiene más de 1000 años, se mantiene muy bien conservada. Entramos al museo de antigüedades de diferentes épocas de la cultura helenística, griega, romana, entre otras. El recorrido nos llevó hacia el templo de Hephaisteion, es el mejor templo conservado ( 447 A.C.). Desde allí se podía empezar a vislumbrar una primera aproximación de la Acrópolis. Posteriormente comenzamos el ascenso hacia la Acrópolis, donde primero nos detuvimos para realizar una vista panorámica de la misma y de toda la ciudad de Atenas. Allí vimos una ciudad con edificios no muy altos, en la cual se puede ver varias colinas que sobresalen evidentemente como pequeños cerros verdes. Luego continuamos nuestro ascenso hacia la Acrópolis (ciudad alta) en donde se encuentran los 4 templos que han sobrevivido a las diferentes èpocas, entre ellos encontramos al Partenon, es muy linda la sensación de sentirse en un lugar cargado de mucha historia, de la cual tanta influencia tiene en nuestra cultura. Debido a las lluvias ácidas se encuentra en reconstrucción, por lo cual, la primera impresión, fue ver todo rodeado de andamios, gruas y obreros trabajando. Es magnífico poder remontar a ese lugar (con el pensamiento), e imaginarse como se vería todo en su auge. La Acrópolis es el lugar obligado al visitar Atenas. Al descender pasamos por el teatro romano o mejor dicho griego, en el cual, se estrenaron las primeras tragedias con el formato que las conocemos actualmente, teniendo una capacidad de 14.000 espectadores. Seguimos caminando hacia el templo de Zeus, pasando por la puerta de Adriano, todo se encuentra en ruinas (valga la redundancia!). Continuamos nuestro recorrido por los jardines nacionales de Atenas, siendo éstos muy bonitos y pintorescos, así luego de respirar un poco de aire puro, llegamos al estadio de Atenas, lugar donde se realizaron los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna. Terminamos nuestro walking tour en la plaza en donde se encuentra el Parlamento Griego, a las 16:00 hs, justo cuando se estaba realizando uno de los cambios de guardia. Posteriormente nos dirigimos a la zona de Plaka (muy cerquita) en donde se encuentra la zona más pintoresca de Atenas, llena de tiendas, boliches, y buena música en las calles. Siempre y cuando sea posible, si encontramos kebap, nos comemos uno, y en Grecia, no hicimos la excepción. Volvimos al hostel y nos aprontamos para partir rumbo al aeropuerto a la medianoche y dormir en él. Como en todo el viaje de Europa nos encontramos con compañeros del grupo de viaje por todos lados. Nuestro vuelo salió a las 06:55 hs rumbo a Roma, Italia. Grecia, sus islas son espectaculares y deslumbrantes con ganas de volver, en cambio Atenas es un lugar hermoso para conocer, pero alcanza para hacerlo en 2 días.






Con cariño nos despedimos hasta pronto, VyZ

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