martes, 17 de julio de 2007

Italia



Conociendo este destino inolvidable ITALIA










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Roma-Vaticano, increíblemente hermoso.


Luego de haber dormido en el aeropuerto de Atenas, a las 5 de la mañana aproximadamente realizamos el check in y a las 8 de la mañana arribamos a Roma, Italia el 17 de julio de 2007. Volamos por Alitalia y la verdad es que nos dormimos todo el viaje, que fueron dos horas pero dormimos muy profundamente. Arribamos 3 de los 4 que veníamos con destino Roma al aeropuerto que se encuentra en las afueras de la ciudad de Roma, allí la llegada fue un tanto más complicada de lo que solía explicar ya la página web. La cuarta compañera arribaría más tarde, pues viajaba con otra aerolínea. De los tres que viajamos juntos, una compañera que nunca hizo nada durante el viaje, pues siempre se descansaba en el resto, se había aprendido (a pedido nuestro) la forma de combinando tren y bus, para poder llegar al hostel. Pero siempre algunas personas son tan individualistas y no comparten la info con el grupo, que por rayes que nadie entiende, desaparecen dejando a la gente tirada en el aeropuerto. Pero nosotros dos, ya con mucho viaje encima, siendo previsores, y analizando comportamientos, era de suponer que no podíamos depender más que de nosotros mismos. Allí en el aeropuerto, tomamos un tren expreso hasta Termini, la estación central de Roma. Luego que llegamos a Termini una gran estación de trenes, como en las películas, con un gran shopping, muchas líneas para todos lados y nosotros en medio de ese loquero, fascinados de sentirnos en el primer mundo, solos y con la satisfacción de tener la experiencia de viaje que nos permitía movernos como si estuviéramos en casa. Entendimos que los 3 días de Tokio, con la combinación de su gran cantidad de líneas de metro, trenes,.., nos enseño a movernos y disfrutar de grandes ciudades que a priori, parecen imposibles de entrarle. Allí nos tomamos el metro hasta la estación de Ottaviano, de la cual luego de valija para arriba, valija para bajo, llegamos a San Pietro, en donde nos tomamos el bus que nos conduciría al hostel. Es una ventaja que en Italia te entiendan español y nosotros entendamos el italiano, por lo cual eso nos facilitó las cosas. Encontramos muy buena disposición de los romanos, desde el momento que teníamos que sacar los tickets, como preguntar si nos estábamos bajando en la parada correcta. Allí llegamos al hostel, nos dieron las habitaciones a las 14 hs, hombres por un lado y mujeres por otro, así que nos tocó en lugares separados. Descansamos un par de horitas, y arracamos con mapa en mano a conocer la bella Roma, que tanta ansiedad nos transmitía. Dado que salimos tarde para empezar la recorrida, y tendríamos 3 días para disfrutar de esta ciudad, tuvimos destino libre. Nos fuimos hasta la Ciudad del Vaticano en bus, nos bajamos y caminamos un par de cuadras, y entramos a la plaza que nos emocionó, la Plaza de San Pedro, bellísima, impresionante es verla con los propios ojos. Si bien nuestra capacidad de asombro estaba por momentos bloqueada, esto nos emocionó. Y por suerte no había ni cola para entrar a la Basílica de San Pedro, y allí fuimos. Pasamos por un control de seguridad y estábamos dentro. Ya nos habían dicho que no se podía entrar de musculosa, por lo cual, pudimos entrar sin ningún problema. Para sorpresa nuestra, encontramos una gran catedral, y buscamos la inmensidad de oro que tanto se habla de este lugar, y vimos si gran cantidad de mármol, cosas recubiertas con polvo de oro, pero oro, lo que se dice oro, no. Muchas veces, hay que ver para creer, y nosotros vimos lo que ve cualquier persona que conoce esta Basílica, tiene la cúpula más grande del mundo, es imponente, muy grande y decorada. Un lugar muy bello, que desborda en grandeza de tamaño y no de metales preciosos pero si de bellas esculturas. Recordando nuestras visitas en lejano oriente, recordamos ver el oro en un buda reclinado que la verdad opacaría las exageraciones que hemos sentido sobre este santo lugar, así como otros budas como el de esmeralda. También vimos el lugar donde yacen los restos de San Pedro, se encuentra ubicado casi en el fondo de la Iglesia, hacia abajo, en un lugar en el cual la cámara de fotos no llega. También vimos a Juan XXIII, y muchos lugares llenos de ángeles y hermosos vitros. Para los cristianos este es un lugar en el cual nos sentimos muy a gusto y más cuando veníamos de tanto lejano oriente, tantos budas y tanta religión oriental. También hay una parte que simboliza la puerta de San Pedro, en la cual por supuesto nos tomamos una foto. Al otro día, el 18 de julio volvimos a visitar la Basílica y luego nos dirigimos a la larga cola, para visitar el Museo del Vaticano. Allí encontramos un mundo gigante, en el cual, el oro, la grandeza de la obras, todas donadas por distintas familias, en distintos siglos de este universo, pero esto era un museo, que albergaba, no solo obras cristianas, sino también se remontaba a un museo que contenía historia de la humanidad, pasando por las historias y obras egipcias, romanas, griegas, obras de los mejores pintores conocidos, una maravilla de museo. Todas las obras que vimos en exposición tenían la referencia y el agradecimiento de la persona que realizó la donación, esto también nos llamó la atención. Si bien no somos gustosos del tipo de pintura que vimos en la Capilla Sixtina, no podemos dejar de reconocer, lo inmenso y grandioso de esa habitación, lo incomparable que es esto con el resto de otras maravillas vistas en el mundo. También es cierto que de tanto ver, uno queda medio embotado por lo que luego de pasar buena parte de la tarde allí, salimos para seguir recorriendo la ciudad. Saliendo del Vaticano, realizamos un poco de shopping y nos deleitamos con un rico helado italiano…mmm riquísimo, comprobamos en carne propia que son uno de los mejores helados del mundo. Luego nos tomamos el metro y nos fuimos hasta la Fontana di Trevi, que en verdad nos deslumbró, tanta belleza junta en una ciudad y en la cual tiramos las clásicas moneditas para poder volver, jejeje; luego pasamos por la Iglesia y plaza de San Ignazio, y también encontramos el obelisco de karnak de Egipto, si encontramos el otro de los 4 o eso creemos. Seguimos nuestro recorrido por las hermosas calles romanas, tan pintorescas y señoriales como cálidas. Luego nos dirigimos también en metro hacia la famosa Piazza Spagna, tan conocida por los desfiles de moda que se plasman sobre sus escalinatas. Ser modelo en verdad no es nada fácil, son varios escalones empinados. Continuando el recorrido y ya anocheciendo fuimos a cenar un famoso kebab y volvimos cerca de las 22 hs al hostel. El 19 de julio tempranito en la mañana, arrancamos nuestro recorrido en bus, rumbo al Coliseo, aunque nos pasamos de la parada en la que iba a bajarnos y tuvimos que recombinar el bus, llegamos al Coliseo. Nos habían aconsejado ir primero al Palatino que se encuentra al lado, allí sacar la entrada de Palatino-Coliseo y luego por el lugar de grupos entrar con algún grupete sin hacer cola para sacar el ticket, pues ya teníamos el mismo por haberlo sacado en el Palatino. Comenzamos recorriendo el Palatino, antes pasando por el arco de Constantino, ya casi al mediodía con muchísimo pero mucho calor, viendo las ruinas romanas, lugar en donde fue el palacio de Agusto, fue el primer asentamiento romano sobre esa colina , viendo la gran inmensidad de este lugar y como todo gran imperio cae y quedan solo sus ruinas. Luego fuimos hacia el Coliseo, entramos y nos deslumbramos imaginando como sería ese lugar, en donde tan sangrientamente murieron tantas personas, para el disfrute de unas pocas, muchos seres humanos dejaron sus vidas en tan inmensa estructura. Hoy en día encontramos un Coliseo muy bien conservado, con mucha historia en cada una de sus columnas. Se alzan varias cruces en el Coliseo, una cruz grande que recuerda a la cantidad de cristianos que por el tan solo hecho de serlo, murieron en aquellas arenas del circo romano. En donde hoy hay un árbol fuera del Coliseo en la antigüedad estaba la gran estatua llamada El Coloso que dio nombre al Coliseo. Luego de admirar lo grandioso que se ve desde fuera esta gran obra arquitectónica, nos dirigimos en bus a dar un paseito por la ciudad, pero sin antes dejar de probar la riquísima pasta italiana. El 20 de julio por la mañana y muy satisfecho por haber podido cumplir con lo planificado, tempranito a las 5 de la mañana arrancamos para la estación de Termini, en Roma, de donde partiríamos para Pisa.








Pisa

Salimos de la ciudad de Roma a las 5 de la mañana para tomarnos el tren hacia Pisa el 20 de julio de 2007. Arribamos a la estación Centrale de Pisa a las 11 am, allí revisamos los horarios para seguir hacia Florencia, y nos fuimos a recorrer Pisa. Según ex viajeros nos recomendaron que le dediquemos unas pocas horas, a ver lo más importante que tiene esta ciudad. Allí en la puerta de la estación de trenes nos tomamos un bus camino al Campo dei Duomo, Piazza del Duomo, Campo dei Miracoli. Camino a conocer Duomo e Battisterio y Torre Inclinada. El Campo dei Miracoli es la imagen de la ciudad junto con el Duomo, el Batisterio y la Torre Inclinada. Todos los monumentos pertenecen al siglo XI y XII y funden maravillosamente los estilos románicos y clásicos. La plaza del Duomo tiene dos de sus lados ceñidos por un delgado muro almenado de ladrillo rojo, una de las puertas, la de Santa María, ofrece la mejor vista de la piazza. El conjunto lo completa el Camposanto o cementerio. La ciudad de Pisa, fue el centro artístico durante muchos años, pero para todos aquellos que nos decían en Pisa no hay nada. Claro al lado de lo que luego veríamos en Florencia, hay menos, pero no por eso deja de ser una ciudad con grandeza de capital con ambiente de provincia; es una ciudad llena de luz gracias a su cercanía con el mar. Tiene una gran majestuosidad ver apenas se entra la torre inclinada, que en verdad si lo está, es un lugar fabuloso, lleno de tienditas con recuerdos y torres inclinadas de todos los tamaños. Sacamos fotos artísticas al igual que todo el mundo en ese lugar lo estaba haciendo, que después de varios intentos nos quedaban bastante bien. Es un lugar maravilloso, es muy bello y fantástico. Como no podía ser de otra manera, ya sobre las 15 hs pasadas almorzamos una deliciosa pizza en la ciudad de Pisa, muy rica y con un bello paisaje al costado de nuestra mesa, la bonita torre inclinada, que en verdad nos gustó y que no es mas que el campanario de la iglesia. Por supuesto probamos el helado, el que luego entenderíamos fue el más rico, si el más rico de todo el viaje. Así llegamos a la estación Pisa Centrale para retirar nuestras valijas de la consigna y tomarnos el tren rumbo a Florencia. Dejamos Pisa con la satisfacción de haber hecho esta parada, que bien sentimos que valió la pena, no se puede pasar por Toscana y no conocer la hermosa ciudad de Pisa.













Bajo el sol de Toscana- Conociendo Florencia





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Luego de recorrer por el día la ciudad de Pisa, partimos de esta ciudad (Pisa) a las 17:00 hs rumbo a Firenze (Florencia); arribamos cerca de las 18:00 hs a esta ciudad, que desprende antigüedad por donde se la mire. Al llegar a una gran estación de trenes Sta Maria Novella, buscamos la forma de llegar al hostel. El mismo estaba ubicado casi en las afueras de la ciudad, siendo necesario un bus para llegar de aproximadamente 20 minutos. El ticket del bus se compra en cualquier kiosco, y al subir al bus hay que convalidarlo, es extraño pero eso depende de cada persona. No hay quien le pida a uno el ticket, sino que al subir, hay que pasarlo por una máquina que lo valida. También es cierto, que aunque, no nos tocó, sube inspectores que controlan la validación del ticket. El mismo ticket sirve para bus y metro (en Roma porque acá no hay), y tienen varios sistemas de ticket diarios, mensuales, hasta anuales, lo cual hace que la gente los pague sin problema, ya que es insignificante para su economía. Continuando con nuestra llegada, debimos arribar hasta el hostel según las indicaciones que teníamos, se encontraba luego de bajar del bus, a 400 mts. Así fue, bajamos del bus, y vimos que el hostel quedaba a 400 mts cuesta arriba en una colina, con un camino lleno de curvas, y nosotros cargados de mochilas y valijas, ya sin fuerzas, ante tal repecho y dentro de un monte. Demás esta decir que llegamos con la lengua afuera, luego y por si fuera poco, nos repartieron en dormitorios distintos a todos, y unos cuantos eran en el segundo piso, por lo que al no contar con ascensor, tuvimos que subir el equipaje hasta ese piso. Cansados, nos fuimos a dormir. Al otro día bien tempranito, desayunamos y con mapa en mano arrancamos nuestra recorrida. Comenzamos desde la estación de trenes, Sta María Novella, viendo la Piazza de la Unitá Italiana, viendo la Iglesia de Sta Maria Novella y su plaza, la Iglesia de San Lorenzo y su plaza, proseguimos camino hacia la Plaza de San Marcos, una plaza llena de palomas y muy lindos edificios. En esta plaza se encuentra el convento de San Marcos, que fue reconstruido y ampliado por deseo de Cosme el Viejo por Michelozzo, el convento aún conserva los frescos de aquella época. La Iglesia de San Marcos, también fue transformada por este escultor y se encuentra al lado del convento. A la vuelta de aquella plaza nos topamos con la Galeria de la Academia, es uno de los museos más conocidos en Florencia, porque alberga famosas esculturas de Miguel Angel, entre ellas se destaca el famoso David. Así seguimos hasta la Plaza de la Anunciación (Annunziata), allí y mientras seguíamos por nuestro recorrido, nos dejamos deslumbrar por la calidez de las calles florentinas, una verdadera belleza y un verdadero regreso a la cultura renacentista. De camino pasamos por el museo arqueologico de Firenze, al cual apenas por cuestiones de tiempo lo pudimos recorrer, pues estaba cerrando. Caminando por Via dei Servi, vimos asomar la imponente, realmente impactante Piazza del Duomo. Allí se puede encontrar Santa Maria del Fiore, la catedral gótica erigida sobre la basílica de Santa Reparata, fue proyectada por Arnolfo Di Cambio, que comenzó las obras en 1296, recién en 1436 se completó la grandiosa cúpula. A la derecha de la catedral se puede ver el campanario, de planta cuadrada y recubierto totalmente en mármol blanco, verde y rojo, es increíble la decoración con medallones y esculturas. Enfrente al Duomo, se encuentra el Baptisterio de San Juan del 1128 dc, de estilo romántico florentino, también recubierto de mármol verde y blanco. Ya que cobraban por entrar a casi todo, el baptisterio pudimos ver su interior sin pagar, pues cuando fuimos a preguntar el precio de la entrada, el puesto de control quedaba en una posición tan adentro del baptisterio, que permitía desde allí observar todo el interior. Por lo que al mencionarnos el precio de la entrada, giramos sobre nuestros talones y sacamos fotos, observamos y disfrutamos de este bello lugar, con una gran cúpula, de hermosos mosaicos y tallados. Es característico sacarse fotos cerca de las grandes puertas de bronce (que son de madera, bañadas o terminadas en bronce). Así continuamos caminando por las bellas calles florentinas, pasando por las grandes casas de la moda, que también tienen sede en esta ciudad. Cruzamos el Ponte Santa Trinita, puente que se encuentra enfrente al Ponte Vecchio, desde allí se tiene un magnífica vista de este puente clásico de esta ciudad, ideal para tomar fotografías y disfrutar de un bello paisaje. Allí pasamos por la Iglesia de Santa Carmine y por la del St. Spirito, cansados de tanto caminar, retornamos pasando por la Piazza dei Pitti, cruzando el Ponte Vecchio, es unas calles muy agitadas en comercios y en gente, con piedras en las calles. El puente en si mismo, es un puente grande y es el más antiguo de la ciudad, el cual se encuentra minado de tallerres de joyerías con precios propios europeos y sus tienditas típicas. Continuando por este puente nos topamos con la Galería de los Uffizi, es uno de los museos más grandes de Italia, fundado en 1581 por los Médicis que coleccionaban numerosas pinturas italianas. En la actualidad se pueden encontrar obras de artistas destacados como Leonardo, Rafael, Goya, Miguel Angel, Botticelli, entre otros. Al final de este recorrido pasamos por la plaza de la Signoria, donde se asoma la logia de la Signoria, que alberga importantes esculturas entre las que se destaca el Perseo de Cellini y el Rapto de las Sabinas de Giambologna. En resumen una plaza muy pintoresca, con la réplica exacta del David frente al Palazzo Vecchio, y una plaza bastante concurrida, en la cual nos cruzamos con varias parejas de recién casados, sacándose fotos y filmando un video. Obviamente que salimos en sus fotos y videos. Volvimos por el tradicional Duomo, hacia la estación Sta Maria di Fiore, desde donde regresamos al hostel para tomar energías para continuar mañana tempranito. No antes, comer kebab que mientras siguiéramos encontrando este plato tan rico, lo seguiríamos disfrutando. También probamos algo distinto en el viaje, pero conocido por nuestros paladares, en Mr. Kebab el restorán libanés en el cual pedimos también arroz pilaf, que no es como el que comemos en casa, pero esta muy bueno. Al otro día arrancamos nuestra última jornada en Florencia, ya que a medianoche tomábamos el tren hacia Venecia. Por lo que dejamos en la consigna de la estación de trenes de Sta Maria di Fiori, y salimos a recorrer los pendientes de la ciudad. Nos dirigimos hacia la Plaza Sta Croce, en donde se encuentra la Iglesia con el mismo nombre, es muy parecida al Duomo en exterior, pero muchísimo más pequeña, no por eso menos hermosa. Cruzamos nuevamente hacia la otra parte de Florencia cruzando el Fiume Arno por el puente Alle Grazie, y nos dirigimos hacia el Forte di Belvedere, en el cual al subir se puede tener una vista fantástica de la ciudad de Florencia. Para llegar a este si se va en auto es una pasada, pero si se va a pie, y estos ya están cansados como para subir el repecho, es complicado, ya que por momentos se pone tan empinado que parecería que te fueras hacia atrás. Lo bueno de ir de a dos, es que uno sostiene a otro hasta llegar a la cima, también el calor no es un buen compañero para este tipo de aventura. Demás está decir, que en la cima, nos quedamos un par de horas descansando. Descendiendo y deleitados luego de haber visto toda la ciudad desde una perspectiva alta e inolvidable, volvimos a ver el Duomo a la noche, y disfrutando de nuestra última recorrida por la ciudad. Al llegar a la estación de Sta Maria di Fiore, retiramos nuestro equipaje, y nos tomamos un tren hasta la estación de Firenze, Campo Marte, en el cual nuestro tren arribaría a la 01 de la mañana. Les contamos dos anécdotas: La primera de ellas es que estuvimos muy enojados porque luego de poder entrar en el Vaticano a la Basílica de San Pedro sin tener que abonar nada, pues nos pareció correcto, es una Iglesia, en Florencia nos querían cobrar por entrar a cualquier Iglesia por más pequeña que fuera, como en casi toda Italia, nuestro enojo con el Sr. Papa fue evidente, por ejemplo les decíamos como nos iban a cobrar si siendo cristianos queríamos entrar a rezar, no tenía sentido (a lo cual a varios lugares nos dejaron entrar a un lugar para orar, como en Pisa, etc., pero a otros no). Bueno allí nos mandaron a la capilla de una de la Iglesia que desde afuera estábamos viendo. Allí había un muchacho y le comentamos de nuestro enojo porque el Papa dejaba que te cobraran para entrar a una Iglesia, allí nos dijo que el tampoco estaba de acuerdo y que el también había terminado en la capilla. Pero que todas las Iglesias en Florencia están bajo tutela de la municipalidad, entonces no son Iglesias, sino museos, porque quien paga todos los gastos de restauración de las obras es el municipio. Entonces solo es Iglesia mientras que se da la misa, por lo cual, en este caso el Vaticano, no tenía injerencia, por un lado esto alivio parte de nuestro enojo, o mejor dicho lo bien dirigió. La segunda, otra de las cosas para recordar fue que nuestro pasaje de tren, lo marcamos por Internet equivocadamente un día antes, por lo que cuando nos dimos cuenta, ya habíamos sacado mal las cuentas y no sabíamos el costo que implicaría cambiarlo. En la estación en Firenze, nos contestaron que no había problema que igual lo tomábamos con otra fecha y no habría inconveniente, no era necesario realizar ningún cambio. Claro inconveniente no hubo, pudimos subir al tren, pero quedamos parados buena parte de la madrugada, pues viajamos toda la noche, con las valijas a cuesta, y un tren que explotaba de gente. Cuando conseguimos asiento ya faltaba poquito para bajarnos, pero quedamos todos dormidos ya que pasamos toda la noche en vela, parados, agarrando el equipaje e intentando que no nos pisoteen en el estrecho pasillito del tren. Cuando nosotros dos nos despertamos y nos disponíamos a bajar en Venecia, en la estación que suponíamos era la correcta, nos percibimos que faltaba gente del gv que viajaba en el mismo tren que nosotros. Allí empezamos a recorrer todo el tren, y encontramos que placidamente roncaban en uno de los compartimientos del tren todo el resto del grupo, por lo que mediante un grito de NOS BAJAMOS, NOS BAJAMOS!!!! Y unas caras de que pasa, en donde estamos? Se despertaron. Por suerte, nos llegamos a bajar todos del tren, a tiempo, algunos se bajaron y otros se tiraron medios dormidos.







Y bajo el sol de Toscana, vivimos parte de esta aventura, que dejó un sabor encantador.












Venezia – Única e incomparablemente especial





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Llegamos a Venecia el 23 de julio muy temprano en la mañana a la estación de Sta Lucia, justo para ver el amanecer, con mucho sueño y atentos para ver como llegar al hostel. Esperamos dos horas hasta que abriera el tourist information, alli nos desayunamos que el hostel quedaba en el Canal de la Guidecca, eso no era novedad, lo que si era novedad era que para llegar al hostel cada vez que quisiéramos ir serían 6 euros por persona. O sea somos dos, teníamos que ir a dejar las valijas, luego volver a la tarde a realizar el check in, volver de noche y así sucesivamente era carísimo! O sea el hostel no era barato y si le sumábamos estos costos era muy muy caro. Entonces eran más de las 8 de la mañana, y decidimos ver si teníamos otras opciones. Ah, faltó contar que también cobraban 6 euros por cada valija, o sea llevar dos valijas 12 euros, y traerlas para la vuelta a la estación 12 euros más, pues se debía llegar en “vaporetto” (el transporte colectivo fluvial, única forma de llegar a la isla). Se nos acerca una persona y nos ofrece alojamiento en un hotel, una habitación para 4 (eramos 4 en total) por 25 euros por día, podíamos ir caminando, aunque debíamos cruzar 3 puentes con el equipaje, así que bueno aceptamos. El hombre este nos mando solitos y nos dijo que siguiéramos por ahí, o sea no nos dio ni bola. Así medios perdidos por Venecia, comenzamos a caminar, a una cuadra de la estación, empezamos a preguntar precios de hoteles, como para ver cuanto nos podría costar, mientras veíamos si encontrábamos el camino al otro hotel. Allí y luego de preguntar como en 7 hoteles, encontramos uno que nos cobraba 25 euros por persona, una habitación para 4 con baño privado, a una cuadra de la Terminal y sin tener que cargar las valijas más de una cuadra. Obvio que dijimos que sí, pero el hotel que quedaba sobre la principal era la fechada del hotel caro, luego nos llevaron al hotel más económico, Hotel Atlántida que quedaba por un pasillito a la vuelta, el check in era a las 15 hs, por lo cual dejamos las valijas en el lobby y nos fuimos medios dormidos a pasear por las bellas callecitas. Encontramos bellas piedras de la isla de Murano, las típicas caretas venecianas, los puentecitos con vistas a las maravillosas góndolas, los pasadizos, los puestitos de frutas en plena calle, y sí los helados también. Son varias islitas de ensueño, comenzamos caminando alrededor del canal grande, mirando las tienditas y los puestitos, pasando por las Iglesias de Santa Sofía y San Felice, caminando y caminando mucho llegamos al Ponte di Rialto, en donde las vistas eran un placer para nuestros ojos, que se caían de sueño. Volvimos bordeando la isla del canal grande por la isla de enfrente, intentando ir cerca del agua, pero dado los laberintos que representa el camino por momentos no hay formas de ir sobre la costa por lo cual hay que ir por dentro, por supuesto que nos mojamos los pies en el agua, eso no podía faltar. A la vuelta y ya muy cerquita del hotel, por la Iglesia Santa María di Nazareth. Fuimos a descansar un par de horitas hasta las 18 hs y volvimos a arrancar, en vaporetto esta vez. Ya que el paseo en góndola nos costaba como 80 euros (por recorrido de menos de una hora), decidimos que nuestro paseo romántico sería en el concurrido vaporetto. Pero la alegría de estar en tan hermoso lugar, nos hizo sentir tan solos como necesitábamos vivirlo. Y anduvimos en vaporetto, nos encantó, ver Venezia desde el agua!! Tomamos este recorrido en vaporetto, como un paseo turístico, ya que por el poco tiempo que estaríamos en Venecia, no nos daría para poder conocer todo lo que nos gustaría. Así fuimos al canal de la Guidecca. Nos bajamos por 15 minutos hasta que pasara el próximo vaporetto, en San Marggiore. Una bella iglesia y plaza en la punta de una de las islas. Luego de ver el hermoso paisaje que también de allí se observa de la Piazza de San Marcos. Volvimos a tomar el vaporetto y esto cruzo el bacino di San Marco y llegamos a la Piazzetta de San Marcos, nos topamos allí con el imperdible y famoso puente de los Suspiros, con el Palacio Ducale, entrando nos encontramos con la plaza de San Marcos, un verdadero espectáculo fue ver esa plaza muy grande, llena de palomas, con la Iglesia de San Marcos que es hermosa, muy trabajada y deslumbra al verla. Subimos al Campanile, de donde se tiene una vista panorámica de la bella Venezia!. Sus casas no muy altas, con tejados rojos antiguos. Allí subimos antes del atardecer, por lo cual ver el sol ocultarse fue hermoso. Luego nos fuimos a cenar al Gran Canal, allí buscamos varios restoranes. Y luego de experimentar que los mozos fueron los únicos que no habían sido amables en tan bello lugar, encontramos un lugar al lado del puente, donde tuvimos una cena, que consistió en una deliciosa pizza italiana, que nos dejó con la panza y el corazón contentos. Así y caminando por la noche veneciana, volvimos a dormir, porque si recuerdan bien, solo teníamos dos horas de sueño desde el tren de la noche anterior. Los días de viaje son muy intensos y por eso dormimos y tempranito en la mañana, dejamos el hotel, las valijas en el lobby y teníamos solo la mañana para terminar de conocer este hermoso lugar. Pues a las 13:00 hs nos íbamos a tomar el tren, para luego en Treviso tomarnos el bus que nos llevaría al aeropuerto de aquella ciudad para allí armar el equipaje y tomarnos el vuelo hacia Paris en la noche del 24 de julio. Pero todavía estábamos en Venecia, disfrutando de nuestra última mañana en tierra italiana, allí caminamos por callecitas sin un rumbo fijo, dejándonos sorprender por las bellezas que íbamos descubriendo. Los hermosos canales con sus interminables puentes son impresionantes. Pasamos por la parroquia de Maria del Rosario, por la de San Gregorio, y llegamos hasta el campo de la Salute, en donde también se encuentra Sta Maria Della Salute. Volvimos a pasar por la plaza de San Marcos y allí nos tomamos el vaporetto haciendo todo el gran canal, recorriendo todo aquello que vimos el día anterior caminando, lo vimos desde el barco, de manera de despedida de una ciudad en la cual, nos quedó mucho por ver, pero nos alcanzó para quedar encantados con tan hermoso lugar. Así nos fuimos hasta Treviso, última ciudad italiana, desde la cual solo pasamos para ir al aeropuerto, nos despedimos de tan hermoso país con el mejor de los recuerdos.
















VIRGINIA Y ZELMAR.

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